En un mundo cada vez más volátil, incierto, complejo y ambiguo, los consejos de administración ya no pueden permitirse tratar la gestión de crisis como un tema periférico. Construir la resiliencia organizacional para resistir los golpes y recuperarse con fuerza debe ser una prioridad máxima en la agenda de todos los consejos de administración. Los desafíos sin precedentes planteados por eventos como la pandemia de COVID-19 subrayan esta necesidad. Este artículo examina las prioridades esenciales para los consejos de administración contemporáneos a medida que construyen sus estrategias de gestión de crisis.
Priorizar la prevención proactiva de crisis:
La prevención proactiva de crisis debe ser la piedra angular de cualquier estrategia de gestión de crisis. Los consejos de administración deben anticiparse proactivamente a las posibles crisis, realizar evaluaciones de riesgos, probar los protocolos de respuesta y asegurarse de que las medidas preventivas estén integradas en el proceso de planificación estratégica de la organización. Según McKinsey, en 2023, más del 75% de las empresas de Fortune 500 han dedicado estrategias de "predicción y prevención" dentro de sus carteras de gestión de crisis.
Desarrollar y establecer un marco robusto de gestión de crisis:
Tener un plan de gestión de crisis en papel no es suficiente. Los consejos de administración deben garantizar que la organización tenga un marco de gestión de crisis claramente definido que describa los roles, los protocolos y los procedimientos para cada etapa del proceso de gestión de crisis. Según el Instituto de Auditores Internos, un marco robusto de gestión de crisis puede reducir el impacto financiero de una crisis hasta en un 25%.
Formar un equipo multifuncional de gestión de crisis:
Ningún departamento trabaja de forma aislada durante una crisis. Por lo tanto, se debe formar un equipo multifuncional de gestión de crisis, que incluya representantes de varios departamentos.
Este equipo debe estar equipado con la autoridad, los recursos y la capacitación necesarios para coordinar eficazmente los esfuerzos de respuesta a la crisis. Un informe de 2023 de Deloitte reveló que el 85% de las organizaciones resilientes han establecido equipos de gestión de crisis.
Fomentar una cultura resiliente:
La gestión de crisis no debe ser una función aislada, sino una parte integral de la cultura de la organización. Los consejos de administración juegan un papel vital en la promoción de una cultura de resiliencia, donde cada miembro del equipo comprende su papel en la prevención y gestión de situaciones de crisis. Harvard Business Review enfatiza que las empresas con culturas resilientes tienen el doble de probabilidades de tener éxito en la navegación de las crisis.
Invertir en resiliencia cibernética:
En esta era digital, las amenazas cibernéticas tienen el potencial de causar crisis significativas. Los consejos de administración deben ver la ciberseguridad no solo como un problema técnico, sino como un riesgo estratégico principal. Un informe de 2023 de Gartner reveló que más del 50% de los consejos de administración consideran la ciberseguridad como una prioridad crítica en sus planes estratégicos.
Mejorar la comunicación con las partes interesadas:
Durante una crisis, la forma en que una organización se comunica con las partes interesadas puede afectar significativamente su reputación y resiliencia. Las estrategias de comunicación efectivas deben ser una piedra angular de cualquier programa de gestión de crisis. Según un estudio de Forbes, casi el 60% de las empresas que gestionan eficazmente las crisis tienen planes de comunicación de crisis predefinidos y probados.
Priorizar el bienestar de los empleados:
En tiempos de agitación, el bienestar de los empleados debe ser una prioridad máxima, y los consejos de administración deben garantizar que existan sistemas de apoyo. Proteger la salud y la moral de los empleados no solo cumple con una obligación ética, sino que también apoya la continuidad del negocio. Los hallazgos de una encuesta de Gallup de 2023 indican que las organizaciones que priorizan el bienestar de los empleados durante las crisis vieron una reducción del 48% en la rotación de personal.
Aprendizaje continuo:
Las lecciones aprendidas de las crisis darán forma al enfoque futuro de la organización. El análisis posterior a la crisis puede proporcionar información valiosa e identificar brechas en los enfoques de gestión de crisis existentes. Un estudio de Continuity Central encontró que casi el 72% de las empresas que realizan revisiones posteriores a la crisis experimentan una recuperación más rápida en futuras crisis.
En conclusión, la gestión de crisis exige un enfoque proactivo, robusto y holístico. Al centrarse en la predicción, la prevención, la comunicación con las partes interesadas, el bienestar de los empleados, la resiliencia cibernética y el aprendizaje continuo, los consejos de administración pueden navegar sus organizaciones de forma segura a través de tiempos turbulentos. Es crucial recordar que la gestión de crisis no se trata solo de sobrevivir a la tormenta, sino de aprender a bailar bajo la lluvia.